José Pepe Mujica, ex mandatario uruguayo, falleció a los 89 años, enfermo de cáncer. Reconocido político de izquierda y fuente de inspiración para otros profesionales de su rango, luchó contra el sistema político, estuvo preso 14 años pero se adaptó a las reglas del sistema democrático y se convirtió en su figura más popular. Su espacio político es desde hace décadas el más votado y el actual presidente, Yamandú Orsi, su delfin actual.
“Con profundo dolor comunicamos que falleció nuestro compañero Pepe Mujica. Presidente, militante, referente y conductor. Te vamos a extrañar mucho Viejo querido. Gracias por todo lo que nos diste y por tu profundo amor por tu pueblo”, informó el actual presidente de Uruguay a través de sus redes sociales.
Con profundo dolor comunicamos que falleció nuestro compañero Pepe Mujica. Presidente, militante, referente y conductor. Te vamos a extrañar mucho Viejo querido. Gracias por todo lo que nos diste y por tu profundo amor por tu pueblo.
— Yamandú Orsi (@OrsiYamandu) May 13, 2025
En abril de 2024 Mujica llamó de forma sorpresiva a una conferencia de prensa para anunciar él mismo que tenía cáncer de esófago. Después de eso vinieron 32 sesiones de radioterapia, la desaparición de los indicios del tumor y una dolorosa recuperación con varias internaciones por los problemas para alimentarse que sufrió el histórico dirigente de la izquierda.
Mujica murió este martes en su chacra de Rincón del Cerro, a las afueras de Montevideo, capital uruguaya. El domingo, día de las elecciones departamentales en Uruguay, no había podido ir a votar. “Está en una meseta, está a término”, dijo a Radio Sarandí su esposa, Lucía Topolansky. “Estoy hace más de 40 años con él y voy a estar hasta el final. Eso es lo que le prometí”, agregó.
Su último deseo fue que sus restos se entierren en su chacra, donde también descansa uno de sus amores que también lo hizo distintivo: su perra de tres patas, Manuela.
José Mujica fue preso por primera vez en 1964 por robar el depósito de una fábrica de Montevideo. Lo hizo porque era tupa, un integrante del Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros, el principal grupo armado de Uruguay en la década de los 60, y había que juntar dinero para la organización. Estuvo en la cárcel más de ocho meses por hurto, según narra el libro Una oveja negra al poder, de Andrés Danza y Ernesto Tulbovitz.
La segunda vez cayó en 1970 y 1972, cuando fue detenido por ser tupamaro y luego logró escaparse. En el 70 lo encontraron en un bar de Montevideo y Mujica amenazó con resistirse. Pero le dieron seis balazos que lo llevaron a estar cerca de la muerte. Otra vez escapó y otra vez volvió a caer.
Su caída definitiva fue en agosto de 1972 y no saldría hasta marzo de 1985. Estuvo en la cárcel durante toda la dictadura militar del país, que se inició en 1973 y finalizó en 1985, cuando Julio María Sanguinetti asumió la Presidencia del país. En esa oportunidad fue catalogado como uno de los ocho jefes de los guerrilleros.
Con el colorado Julio María Sanguinetti en la Presidencia, Mujica comenzó a militar en la reconstrucción del Movimiento de Liberación Nacional (MLN). Su figura creció y con sus reflexiones cautivó a los jóvenes que se acercaban al espacio. El dirigente hablaba de la importancia del perdón, de superar al pasado y de tener apertura a distintas ideologías.
“No acompañó el camino del odio, ni aun hacia aquellos que tuvieron bajezas con nosotros. El odio no construye. Esto no es pose demagógica, no es cosa de andar eludiendo el bulto, de poner una cara linda: es cosa de principios”, dijo en su primera arenga, según reconstruye el libro de Danza y Tulbovitz.
Tras salir de la cárcel, el viejo guerrillero dejó de lado ese período de lucha contra el sistema político que fue una de las causas de la cruel dictadura que sufrió Uruguay durante 12 años y sobre la que todavía quedan heridas abiertas, para adaptarse a las reglas del juego democrático, ser legislador durante cuatro períodos, liderar el movimiento más votado y llegar a ser presidente.
Durante 2005, con el primer gobierno del Frente Amplio, Mujica fue ministro de Ganadería de Tabaré Vázquez y, de a poco, comenzó a asomar su candidatura a la Presidencia para el 2009, un cargo al que al menos decía, no se imaginaba llegar.
En 2005, Mujica descartaba por completo esa posibilidad y lo hacía con varias excusas. Que estaba viejo, que tenía dificultades para ser un “buen administrador”, que no era “masón ni universitario”, que era “sapo de otro pozo”. “Esa verga no es para mí”, le dijo a los periodistas en ese entonces. Pero mientras él descartaba la posibilidad, su candidatura maduraba. ¿Era una estrategia? Mujica corrió por afuera la carrera presidencial hasta que confirmó que sería candidato.
Enferma de cáncer y desde su chacra, Pepe Mujica fue una pieza clave para que el Frente Amplio volviera al poder. El MPP, su sector, tuvo una votación histórica y tiene una amplia bancada en el Parlamento. A la hora 20.30 del 24 de noviembre de 2024, Mujica, sentado al lado de su esposa, Lucía Topolansky, vio por televisión que su candidato, Yamandú Orsi, era el presidente electo de Uruguay.