El Vaticano se encuentra nuevamente en una serie de nuevas reformas, ya que la llegada del nuevo Papa León XIV ha estado marcada con las diferencias del actual sumo pontífice con su antecesor, el Papa Francisco. Y es que el representante principal de la Iglesia Católica ha tomado una decisión al restaurar una tradición que ha sido tildada de “polémica” por diferentes entes, ya que se basa en el dinero.
En un movimiento totalmente inesperado (pero con una pronunciada carga simbólica), el nuevo pontífice estadounidense ha decidido restaurar una antigua tradición papal: otorgar una gratificación económica a todos los empleados del Vaticano con motivo de su elección.
El gesto, que había sido eliminado por el Papa Francisco en su cruzada por simplificar los protocolos y reducir gastos, fue interpretado por muchos como el retorno de una era más ceremonial dentro de la Iglesia. Según confirmaron fuentes internas del Vaticano, cada trabajador de la Santa Sede recibirá una “propina” de 500 euros, que será incluida en la nómina del mes.
“Es una señal contundente de que León valora el esfuerzo de quienes sostienen el funcionamiento diario del Vaticano“, dijo un empleado cercano a la Gobernación vaticana. Este viernes 24 de mayo, León XIV recibirá a todos ellos en audiencia en el Aula Pablo VI, en lo que promete ser un encuentro cargado de gestos y palabras.
Con esta gratificación, León XIV no solo recupera una tradición eliminada por Francisco, sino que también lanza un mensaje: la Iglesia no debe olvidar a quienes, desde roles administrativos y operativos, mantienen vivas sus estructuras. “El Papa quiso empezar su pontificado agradeciendo de manera concreta a los trabajadores. Es un reconocimiento que va más allá del salario“, explicó una fuente cercana al Aula Pablo VI.
Mientras Francisco apostó en su mandato por la austeridad, el nuevo pontífice da señales de que los gestos simbólicos también pueden tener peso pastoral.
“Vuelve una forma de pensar la Iglesia en la que lo ceremonial y lo institucional tienen un rol pedagógico“, indicó un analista religioso italiano. El bono de 500 euros es pequeño si se lo compara con los presupuestos del Vaticano, pero su impacto simbólico es enorme: es una forma de decir “gracias” desde la cúspide del poder eclesiástico a quienes hacen que el Estado más pequeño del mundo funcione cada día.
El Papa León XIV se reunió el sábado en el Aula Pablo VI, sede de las Audiencias Pontificias en el Vaticano, con miembros de la Curia Romana y de la Gobernación del Vaticano, así como con empleados vaticanos y sus familias.
En su discurso, el Papa recordó el papel de la Curia, verdadero Gobierno de la Santa Sede, institución que conserva y transmite la memoria histórica de la Iglesia y el servicio de sus obispos.
El papa León XIV pidió a la Curia, el ‘gobierno’ de la Iglesia, y a los trabajadores del Vaticano que trabajen “evitando prejuicios y también con una buena dosis de humor, como enseñó el papa Francisco”, durante la audiencia que concedió este sábado a todos los empleados de la Santa Sede.
Al mpezar su intervención, el papa también aseguró que “no era momento de hacer discursos programáticos”, sino más bien una ocasión de agradecer el trabajo que hacen dentro de la iglesia católica.
“Sí, como saben, llegué hace sólo dos años, cuando el amado papa Francisco me nombró prefecto del Dicasterio para los Obispos. Así que dejé la diócesis de Chiclayo, Perú, y vine a trabajar aquí. ¡Qué cambio! Y ahora…¿Qué puedo decir?”, dijo Robert Prevost, elegido pontífice el pasado 8 de mayo, convirtiéndose así en el primer estadounidense en ser elegido papa y el segundo del continente americano, después de su antecesor Francisco.