Elon Musk, el popular y polémico magnate sudafricano que tanto da de que hablar con todos sus negocios y opiniones, ha anunciado su renuncia en su papel al frente del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), un nuevo ente en el gobierno de los Estados Unidos, presidido por su amigo Donald Trump y con quién al parecer ha tenido algunas diferencias en los últimos días.
A través de su cuenta oficial en X, el hombre más rico del mundo anunció que deja definitivamente sus funciones en la Casa Blanca, donde recibió del presidente Donald Trump el encargo de adelgazar la Administración al frente de algo llamado Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE son sus siglas en inglés).
El adiós llega un día después de que se publicara el avance de una entrevista concedida a la CBS en la que el magnate critica a Trump. En ella, Musk se dice decepcionado por el “enorme gasto público” que traerá la ley fiscal que tramitan los republicanos en el Congreso con el apoyo del presidente de Estados Unidos.
Este ha fiado el éxito de su agenda legislativa a que salga adelante esa norma, que ha bautizado, siempre fiel a su particular lenguaje, como la “gran y hermosa ley”.
“Creo que puede ser grande, y que puede ser hermosa, pero dudo que pueda ser las dos cosas al mismo tiempo”, afirma Musk en el clip de la entrevista hecho público este martes, como previa a su emisión el próximo fin de semana. “Es una opinión personal”.
A las pocas horas , unas horas en las que a Trump le preguntaron por esas declaraciones y evitó dar una respuesta directa, el dueño de Tesla y de Space X, scribió en X: “Al finalizar mi mandato como Empleado Especial del Gobierno, quiero agradecer al presidente @realDonaldTrump la oportunidad de reducir el gasto innecesario. La misión del @DOGE se fortalecerá con el tiempo a medida que se convierta en una forma de vida en todo el gobierno”.
As my scheduled time as a Special Government Employee comes to an end, I would like to thank President @realDonaldTrump for the opportunity to reduce wasteful spending.
The @DOGE mission will only strengthen over time as it becomes a way of life throughout the government.
— Elon Musk (@elonmusk) May 29, 2025
Fuentes de la Casa Blanca confirmaron después de la publicación de ese mensaje que la “salida” de Musk de Washington tiene efectos desde “la noche de este miércoles” y que su relación con el presidente sigue siendo amistosa. Lo cierto es que resulta innegable que la sintonía pública que ambos mostraron en los primeros compases del regreso de Trump a la Casa Blanca se ha esfumado o en mejor caso, reducido.
La historia de Musk en la Casa Blanca empezó el día de la toma de posesión de Trump, con el primero haciendo hasta en dos ocasiones algo que pareció el saludo nazi ante una cancha de baloncesto llena hasta los topes de fervorosos simpatizantes del nuevo presidente.
Una vez Trump regresó la Casa Blanca, el magnate de origen sudafricano se puso inmediatamente al frente del DOGE, un órgano para el que reclutó a un puñado de jóvenes ingenieros que entraron a saco en decenas de agencias gubernamentales y despidieron a miles de funcionarios. Ese trabajo se ha encontrado con una notable oposición en los tribunales federales, que han dado como resultado un buen puñado de sentencias en contra.
Antes de la victoria electoral, Musk aseguró que a los mandos de esa “motosierra del gasto público” sería capaz de ahorrar a los contribuyentes dos billones de dólares. Luego ajustó su promesa a un recorte de un billón. Se calcula que el DOGE ha encontrado hasta ahora unos 175.000 millones de dólares de “desperdicio, fraude y abuso”, una cifra muy inferior a los primeros objetivos.
Durante su paso por el gobierno, Elon Musk adoptó un perfil político activo. Financió con al menos 250 millones de dólares la campaña de Donald Trump, llevó gorras de campaña en la Casa Blanca y organizó actos partidarios.