El crecimiento del PIB en España del año 2024 y las buenas previsiones para este año han llevado a que el Fondo Monetario Internacional (FMI) vuelva a situar al país ibérico entre las doce economías más grandes del mundo por PIB, después de varios años ocupando la decimoquinta plaza. Y es que el fuerte aumento de la población y la fuerza laboral, el boom del turismo, los fondos europeos y el pequeño despertar de la productividad en 2024, ahora están detrás de este salto que se va a materializar este 2025 de una forma pronunciada.
Pese a todas las dificultades a las que se enfrenta la economía global, el crecimiento de la economía de España está siendo sorprendentemente positivo, lo que ha llevado a que la economía del país europeo cope titulares positivos en la prensa internacional y se convierta en los últimos años en la locomotora de la zona euro.
El FMI espera que el PIB nominal de España alcance los 1,8 billones de dólares este año, superando levemente a todos sus perseguidores y realizando este triple sorpasso, donde sorprende sobre todo el adelantamiento a México (con una demografía favorable y en pleno desarrollo, aunque sufriendo un bache en su economía).
Además, el PIB español aumentará con intensidad los próximos años, manteniendo a España por delante de Australia, México y Corea del Sur. El propio FMI vaticina que la renta per cápita de los españoles aumentará desde los 36.000 dólares actuales hasta los 42.300 de 2030, un aumento que parece muy optimista, pero que de cumplirse ayudará a la economía de España a conservar esa decimosegunda posición global.
La economía española se convierte en un oasis entre las grandes potencias mundiales, inmune a la desaceleración de la que advierte el Fondo Monetario Internacional a consecuencia de la guerra comercial impulsada por el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, uno de los mayores damnificados de su propia política proteccionista, según las últimas previsiones.
España crecerá un 2,5% este año y se convierte en la economía avanzada que más crecerá este año, por delante del país norteamericano, que no avanzará más de un 1,8% tras una fuerte ralentización a consecuencia de la guerra comercial iniciada por su presidente.

Además, entre las grandes potencias económicas mundiales, el país ibérico es el único que se ha librado del recorte generalizado en las previsiones que actualiza periódicamente el FMI.
Es precisamente en este contexto en el que España emerge prácticamente como la única de las grandes economías avanzadas que esquiva los recortes del FMI. Es más, sube dos décimas, del 2,3% que se preveía en enero, al 2,5% que arrojan los nuevos cálculos.
El caso español contrasta con el del conjunto de la eurozona, cuya previsión de crecimiento para 2025 se limita al 0,8%, dos décimas menos de lo que se calculaba en enero. Países como Alemania o Francia, hasta ahora motores del crecimiento, muestran señales de estancamiento, mientras que Italia apenas avanzará un 0,4%.
El FMI atribuye este débil desempeño al agotamiento del consumo doméstico, el lastre energético –especialmente en las economías más industrializadas– y una demanda externa que pierde fuerza en plena guerra comercial.
El fuerte crecimiento de España en los últimos años ha sido fundamental para evitar que la economía de la zona euro entrase en recesión o quedase aún más estancada de lo que está actualmente.
La fortísima creación de empleo (780.000 puestos nuevos en 2023 y casi 500.00 en 2024) se han convertido en el motor de crecimiento del PIB, lo que algunos economistas catalogan incluso como un ‘ciclo propio’ del país que parece convertir a España, por ahora, en un fortín de crecimiento en medio de la mediocridad europea que genera estragos en los análisis mensuales que realiza el Fondo Monetario Internacional.